Seminario Mayor
¿En qué consiste esta etapa?
«El Seminario Mayor es una comunidad educativa, animada y guiada por el Obispo, donde los candidatos al sacerdocio, como discípulos y misioneros de Jesucristo, reviven en la Iglesia la experiencia vital y formativa de la comunidad apostólica reunida en torno al Señor» (Cfr. Mc 3, 13-15).
Esta experiencia eclesial tiene como finalidad proporcionar a los alumnos una formación estrictamente sacerdotal orientada a la configuración con Cristo Buen Pastor (Cfr. OT 4; RFIS 20; PDV 60; DA 316). El Seminario Mayor es necesario para la formación sacerdotal (Cfr. OT 4); más aún, es el medio ordinario y óptimo (Cfr. PDV 60) y su espacio privilegiado (Cfr. DA 316).
Curso Introductorio
En este curso se proporciona a los aspirantes al sacerdocio ministerial una intensa formación humana y espiritual centrada en el misterio de Cristo y de la Iglesia; se profundiza en el discernimiento vocacional en una vivencia comunitaria que integra a los candidatos provenientes de orígenes diversos; se inicia en la experiencia pastoral y en el conocimiento de la Iglesia Local, así como en la adquisición de una visión global de los objetivos y contenidos de toda la formación sacerdotal (Cfr. OT 14; PDV 62). (NBFSM 240-241).
Filosofía
En esta etapa el seminarista continúa, mediante la vivencia comunitaria, la integración de su personalidad humana y cristiana iniciada en el Curso Introductorio y consolida su opción por el sacerdocio como estado de vida propio. Esto incluye seguir potenciando la maduración en la fe, el conocimiento y aceptación de sí mismo y la madurez afectiva, así como el desarrollo y fortalecimiento de una conciencia crítica y dialogante frente a las diversas corrientes de pensamiento acerca de Dios, del hombre y del mundo. Esta etapa en Saltillo dura 3 años.
Teología
En esta etapa, los seminaristas consolidan una opción fundamental que los lleva a vivir en referencia clara a Dios como su Padre y, en consecuencia, a configurarse con Cristo Buen Pastor, asumiendo sus criterios, actitudes y estilo de vida, haciéndose aptos para ejercer en la Iglesia el ministerio sacerdotal como hombres de comunión y pastores comprometidos, pobres, obedientes y castos, capaces de entregar la vida por sus hermanos, en una docilidad consciente al Espíritu Santo.
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